12 julio 2014

SOCIALISTES DE QUART (1923-1939)




“Estamos con bastante buena relación con Izquierda Republicana. Unidos tenemos ligera mayoría sobre las derechas. Destrozados autonomistas”.
Agrupación Socialista de Quart de Poblet (1936)

La constitución de la Agrupación Socialista de Quart se formalizó el 21 de diciembre de 1923, poco después de instaurarse la dictadura militar de Primo de Rivera, y estando vigente el estado de guerra que suspendía los derechos políticos hasta entonces reconocidos. 

Es muy factible que con anterioridad a dicha fecha hubiera militancia socialista en Quart, bien en las sociedades obreras adscritas a la hermana UGT, bien en la Cooperativa de Consumo organizada unos años antes. La convocatoria de una conferencia de Isidro Escandell en 1918 evidencia que antes de 1923 ya existieron sensibilidades proclives al proselitismo del entonces joven dirigente socialista valenciano.

La “paz social” pretendida por el régimen de Primo de Rivera toleró, y en cierta manera consiguió, la colaboración de sectores socialistas y sindicalistas, que además de desarrollarse en el Instituto de Reformas Sociales, acabaron convirtiendo a Largo Caballero en miembro del Consejo de Estado, y además forzando al máximo representante de los contrarios a esa cohabitación, Indalecio Prieto, a dimitir del comité ejecutivo nacional del PSOE. No hubo en cambio por parte de la dictadura tolerancia alguna con la anarcosindicalista CNT, reprimida hasta su ilegalización, ni con las organizaciones catalanistas, sometidas al españolismo imperante.


Socialistas de Quart fueron en este tiempo Vicente Alvarez Zanón, Ramón Borreda, Isidro Cuesta, Salvador Espinosa, Vicente Fita Alonso, José García Muñoz, Vicente Grafiá, José Grafiá Aliaga, Rafael Grafiá Sanmartín, Domingo Guzmán Segarra, José Guzmán Segarra, Pascual Montesinos, Pascual Monzó Real, José Monzó Sanmartín, Miguel Monzó Sanmartín, Bautista Muñoz, Federico Muriel Campos, Ramón Ortiz Verchili, José Pacheco, Emilio Pinazo, Angel Ricart, Luis Ros Belda, Onofre Segarra Sanmartín, José Segarra Sanmartín, Manuel Soler Gómez, Francisco Valldecabres, Emilio Valldecabres, Agustín Viguer, Aurelio Zamora Hernández y Carmen Sanahuja Salazar. 

Y seguramente muchos otros de los que de momento no hay constancia documental o memoria, y que usted, estimado lector, puede manifestar escribiendo a:     quarthistoria@gmail.com


De todos los citados algunos fueron dirigentes destacados, y otros simplemente militantes de base. Entre los primeros hay que destacar en opinión de Ramón Segarra, y según su memoria relatada, a José Guzmán Segarra, el primer alcalde socialista de Quart. Sustituyó, siguiendo la estela del gobierno de Largo Caballero, a Salvador Vila Vilar, el ahora republicano que durante la dictadura de Primo de Rivera había sido presidente de la Unión Patriótica, el partido organizado por el régimen. Al histórico José Guzmán Segarra, relevado poco antes de la defenestración del único sindicalista presidente del gobierno, le sucedieron los también socialistas Vicente Fita Alonso y Ramón Ortiz Verchili.

ARCHIVO FUNDACIÓN PABLO IGLESIAS

Pero también, por la actualidad congresual que ocupa la actualidad socialista puede citarse a Ángel Ricart, que fue elegido presidente de la poderosa Federación Socialista Valenciana en 1933, en cuyo mismo cargo, en 1936, resultaría elegido, precisamente, Isidro Escandell, largocaballerista, y protagonista del ya referido acto de 1918. Emilio Valldecabres Malrás ocupará, entre uno y otro, después de varias dimisiones en la ejecutiva elegida en 1933, el cargo de Secretario hasta la celebración del III Congreso de 1936.
Parece que la historia a veces se retuerce para pasar por los mismos lugares.
En la época que nos ocupa las secciones locales del PSOE acudían directamente al congreso estatal, representando directamente el número de cotizantes de su agrupación, para elegir la ejecutiva y el Comité Nacional. Fuera cual fuera el número de afiliados de la Agrupación Socialista, que según los diferentes datos y periodos no sobrepasaría en ningún caso los 60, sólo hay constancia de la pertenencia a la Agrupación Socialista de Quart de 3 mujeres (de un total de 59 afiliados el 15 de marzo de 1937). Y sólo de una de ellas conocemos su nombre: Carmen Sanahuja Salazar. En este tiempo (1934) la cotización de los afiliados se efectuaba directamente al PSOE por valor de una peseta semestral, a la que se añadían otros 80 céntimos para la FSV, más la parte que se pudiera establecer a nivel local.

ARCHIVO FUNDACIÓN PABLO IGLESIAS

En la Agrupación Socialista de Quart se reprodujeron durante la II República los conflictos y circunstancias de un partido, que socialista o socialdemócrata estaba planteado desde 1879 con vocación de gobierno y sentido de Estado, y para emprender reformas sociales y económicas que las clases dirigentes tradicionales intentaron impedir con todas sus fuerzas y recursos. 
La paz orgánica, perdida tras la muerte de Pablo Iglesias en 1925, acabó derivando, con el añadido de los efectos de la regresión del bienio conservador (1934-1936), en una pugna entre centristas e izquierdistas, que agrupados alrededor de destacados dirigentes (Prieto, Besteiro, Largo Caballero) definieron modelos ideológicos y políticos distintos, manifestados también y además, en la sindical UGT.
En el II Congreso de la FSV de 1933 la Agrupación Socialista de Quart, una de las 67 constituidas y presentes en el congreso, cotizaba 38 afiliados, que aunque suponían algo menos del 2 por cien del total (2186 afiliados) no le restaban protagonismo ni en las proposiciones planteadas (“que se estudie un sueldo-tope en los altos cargos de la Nación, por considerarse excesivos los actuales”; o a favor de la disciplina orgánica en el partido), ni en la elección como presidente de la ejecutiva provincial de Ángel Ricart, que dimitió de su cargo en 1934, y que en 1937 era secretario de la Agrupación Socialista de Quart.

ARCHIVO FUNDACIÓN PABLO IGLESIAS

Gracias al archivo de la Fundación Pablo Iglesias conocemos el informe del III Congreso Provincial de la Federación Socialista de Valencia, desde 1936 una de las escenas principales de la controversia entre centristas e izquierdistas, manifestada también en Quart. En el III Congreso de la FSV de 1936 la AS de Quart representó de nuevo 38 afiliados. En el balance politico-administrativo contemplado en el informe de dicho congreso se refiere el domicilio (calle Pablo Iglesias, 25); el número de concejales socialistas (3); las 4 sociedades obreras adscritas a la UGT: agricultores, azulejeros, ladrilleros y albañiles; y el comentario que aparece en el inicio de este texto.
En la primera mitad de 1936 los centristas ocupaban la ejecutiva nacional del PSOE, y los izquierdistas la UGT, la federación madrileña y la provincial de Valencia. En la pugna orgánica desatada entre los diferentes líderes y las estructuras en las que se encuadran, se produjo la dimisión del comité ejecutivo de la Agrupación Socialista de Quart, alineada con el sector centrista, enfrentada a la provincial, y representada localmente por Luis Ros y Miguel Monzó. 
El golpe militar de julio de 1936 y el inicio de la llamada Guerra Civil modificó la evolución natural, y seguramente la lógica confluencia de las diferentes sensibilidades socialistas. El nombramiento de Largo Caballero como Jefe de Gobierno en septiembre de 1936, y su forzada dimisión en mayo de 1937, fue consecuencia del particular contexto provocado por el golpe militar, y determinaron la evolución posterior del PSOE, que tras la defenestración del sector izquierdista, también en la federación provincial de Valencia, evolucionó hacia posiciones más afines al PCE y en definitiva menos revolucionarias. De ese periodo, especialmente significativo, no consta documentación que pueda definir la posición de la AS de Quart. 


Sí en cambio ya en la segunda mitad de 1938, cuando la controversia se produce entre Prieto y Negrín, anticomunista ahora el primero, y filocomunista el segundo, la AS de Quart manifiesta su apoyo a la ejecutiva nacional que respalda al jefe de gobierno (Negrín), enfrentado ahora a la alianza entre largocaballeristas y prietistas. El llamado Golpe de Casado enfrentaría finalmente a unos contra otros, que ni la definitiva victoria franquista pudo unir hasta muchos años de represión y exilio después.
Acusados, señalados, imputados, juzgados, desterrados, encarcelados, y algunos fusilados, los socialistas de Quart merecen sin duda la consideración de una memoria honrosa. Quienes hoy, casi 75 años después comparten carnet y militancia con aquellos socialistas, están obligados a salvaguardar valores, de los que no son sus únicos poseedores, y además siguen siendo imprescindibles en política.



07 julio 2014

CAMÍ DE QUART



Perdonen que no me levante. Ya me ven. No puedo decirles mi nombre, ni mi edad ni la fecha de mi muerte. Vivo aquí, en el Museo de L’Almoina de Valencia. Quizá fui un soldado romano de origen itálico, retirado y asentado en esta tierra como pago a mis servicios militares. Quizás perdiera la vida en el 75 aC., en las guerras sertorianas que destruyeron el asentamiento fundado 138 años antes de nacer Cristo; o pudo ser mucho después, porque esta ciudad y esta tierra ha estado habitada al menos hace dos milenios, casi de manera ininterrumpida.

La ciudad de Valencia en las diferentes épocas

Fuera cuando fuera mi muerte, quiero hablarles de un camino que desde este mismo lugar lleva hacia poniente. Un camino que yo mismo pude recorrer. 


El tiempo transcurrido lo ha cambiado todo, salvo el trayecto hacia un lugar, a cuatro millas, en el que un modesto paso permite salvar el río hacia el norte.
No se ofendan, pero llegará el día en el que también ustedes estarán muertos. Y entonces, posiblemente nadie recordará su nombre, ni los motivos de su vida.
Antes de que eso suceda les propongo un pequeño paseo por la Historia, que en un sentido o en otro, recorre la calle Caballeros, Quart, San José de la Montaña, Castán Tobeñas, pasa por la Cruz de Mislata, y las calles Valencia y Mayor, para por la partida de l’Alitrá, junto al Hospital Militar, encarar ya en Quart la avenida del Antic Regne, y desembocar en la Plaza Valldecabres, donde casi con seguridad se hallaba la piedra que indicaba la cuarta milla de ese camino. 



No les prometo la inmortalidad, pero sí un agradable paseo de apenas 6 kilómetros.