19 marzo 2017

MEMÒRIA I FANG.










Decreto 7 enero de 1937. Gaceta de la República.



La primera mujer concejal de Quart de Poblet se llamaba Asunción Borredá Ferrer. En agosto de 1938 fue designada miembro del Consejo Municipal, el órgano de gobierno local que por decreto del Gobierno de la República reorganizaba con las mismas competencias y funciones los ayuntamientos constituidos en 1931. 

En las elecciones municipales del 12 de abril de ese año los varones con determinada renta y edad habían provocado la caída de la monarquía y la proclamación de la II República, un régimen en cierta manera sobrevenido, pero que adquirió su legitimidad promulgando una Constitución democrática y celebrando elecciones generales mediante verdadero sufragio universal.

La II República reconoció derechos que hoy consideramos incuestionables. También a las mujeres, secularmente privadas de los pocos que los hombres podían ejercer. Fue precisamente en ese contexto en el que debe enmarcarse la pequeña historia de Asunción, que como muchas otras mujeres en España y en el mundo quisieron ser protagonistas de su existencia, al menos de la misma manera que podían hacerlo los hombres. 

Asunción accedió al Consejo Municipal en tiempo de guerra, cuando la derrota parecía inevitable y la consigna se limitaba a “resistir es vencer”. La República se enfrentaba entonces a una batalla definitiva, a la “del Ebro”, a la última que su ejército popular pudo presentar al nazi-fascismo.



Conocida según testimonio de Rafa Sanmartín como “Assumpcioneta”, o “La Pasionaria de Quart”, la primera mujer concejal en Quart tenía 26 años cuando fue nombrada. Era hija de Asunción y Ramón, su hermano, llamado como su padre, había sido militante del PSOE. Era natural de Burjassot, vecina de Quart de Poblet, soltera, enfermera, militante del Partido Comunista, Secretaría del Socorro Rojo local, y durante los primeros meses de guerra vestía el uniforme de miliciana, "con gorro y pistola". 

Después de la victoria franquista fue detenida en su domicilio de la Casa de Peones, acusada de dar refugio en ella a fugados del campo de concentración de Albatera. Según la declaración de uno de sus acusadores franquistas “participó en todas las manifestaciones que se hicieron en el pueblo vestida siempre de comunista, y respecto a su vida particular ha tenido algo que desear”. La acusación moral formulada por el testigo era habitual a la hora de juzgar bajo la óptica nacional-católica a las mujeres jóvenes y republicanas. Con el mismo incongruente motivo fue acusada por los sublevados de “auxilio a la rebelión”, y condenada a doce años de reclusión mayor.

Barro procedente de la riada de 1957 recogido del Sumario 277/40


Asunción es una de las 44 personas, vecinas de Quart, que fueron juzgadas y condenadas por los tribunales militares franquistas. Cuarenta hombres y  cuatro mujeres tienen su historia, que es la nuestra, depositada en el Archivo General e Histórico de Defensa en Madrid. Concretamente el sumario 277/1940 contiene el de la primera mujer concejal en Quart de Poblet. Desgraciadamente, los aproximadamente medio centenar de documentos que acreditan su injusta condena están muy deteriorados. El barro que inundó la ciudad y los cuarteles en la riada de 1957 ha borrado parte de la historia que en aquel entonces aún estaba en Valencia. 
La última referencia que puedo leer es que en agosto de 1940 Asunción estaba recluida en la cárcel valenciana del convento de Santa Clara. Luego nada. Solo barro.