03 septiembre 2017

Derecho de memoria. Teófilo Bella Martínez



Teofilo Bella Martínez (1912-1979)

En noviembre del año 2013 recibí el siguiente correo electrónico:
“Con gran atención he leído su blog, y en él he encontrado el nombre de mi padre, averiguando una etapa de su vida en Quart cuando era concejal en el año 37. Es por lo que he contactado con ustedes, con el fin, de ser posible, recibir más información que desconozca. Agradecido, atentamente: Teófilo Bella Martínez.”

Quién me escribía, nacido en 1950, empleado jubilado de banca, era hijo único de Teófilo Bella Martínez y María Martinez Colas. En marzo de 2014 me entrevisté con él para conocer mejor la historia de su padre, y en definitiva la historia de Quart de Poblet. 

En “Historia de los vencidos” yo había escrito sobre Teófilo Bella lo siguiente:
“Era en octubre de 1936 dirigente del Comité Ejecutivo del Radio (organización local) Comunista de Quart de Poblet, según consta en el acta de incautación de la casa de Juan Valldecabres Rodrigo. Fue concejal del Partido Comunista en el Ayuntamiento desde el 11 de febrero de 1937 y miembro y presidente del Comité Revolucionario. En la Causa General se le describe como cojo, rubio y natural de Aldehuela (Teruel). En agosto de 1942 está preso en la Cárcel Modelo de Valencia por Procedimiento Sumarísimo nº 4156-V. En el Fichero de Criminalidad se le apellida “Belda” y “Bello”, y se le define como miembro del Comité en enero de 1937”.

Teófilo Bella es una de esas personas que transmite con legitimo orgullo el recuerdo de su padre. Una memoria que dada la particular historia española supera su propio ámbito personal y familiar, adquiriendo una dimensión política no partidista. Afirma con satisfacción Teófilo que el padre de sus nietos, el diputado valenciano de Ciudadanos Antonio Subiela, “los ha llevado a visitar San Miguel para recordarles y explicarles los motivos por los que allí estuvo encarcelado (su bisabuelo)”. 

Cuando Teófilo me hace participe de sus recuerdos e investigaciones, ilustra a la perfección el modelo de memoria democrática colectiva y transversal que pretendo, y a la que aporta datos y documentos relevantes para escribir con mayor rigor la historia. Por ejemplo, que dónde en 1912 nació su padre era Motos (Guadalajara), y no Aldehuela; o que falleció en 1979, militando en el Partido Comunista al que había pertenecido durante la II República, y del que recibieron un sentido reconocimiento por su deceso. Recuerda con emoción contenida Teófilo Bella haber acompañado a su padre a los mitines del Partido Comunista en Valencia.

Esquela publicada en "Mundo Obrero" 28-09-1979


Manifestaba Teófilo que durante su infancia y adolescencia no había escuchado ni tenido conocimiento de la trayectoria política de su padre, ni de las causas por las que estuvo en prisión; que fue después de la muerte de Franco cuando supo de la militancia de su padre en el Partido Comunista. Reconocía que nunca había advertido sentimientos de rencor o venganza contras quienes representaban el poder durante el franquismo, y que incluso su familia mantenía relaciones amistosas con personas afines al régimen, incluidas las que habían informado en su contra en 1939.

Teófilo Bella padre, uno de los siete hijos de la humilde familia de Isidro y Epifanía, había emigrado por causas económicas a Valencia durante los años treinta, después de trabajar varios años en las minas de Ojos Negros, donde por las pésimas condiciones de aquel tiempo contrajo la enfermedad que imposibilitó su movilidad, y por lo que le apodaron “el cojo”. Dos de sus hermanas trabajaron en la calle de Comedias de Valencia en una fábrica armamento durante la guerra. Su relación con Quart de Poblet vino dada al encontrar empleo en una destilería propiedad de su primo Sandalio López Jimenez, fusilado en 1939 por el régimen franquista en Paterna.

Teófilo Bella formará parte del Consejo Municipal que el 4 y 5 de febrero de 1937, por orden del gobierno de Largo Caballero se constituye en Quart en sustitución de la anterior corporación municipal, y que preside como alcalde José Guzmán Segarra. A Teófilo Bella y a Onofre Sanmartín Valldecabres se les encargan las tareas relacionadas con el abastecimiento, los mercados y el matadero. Hay constancia documental de su gestión en relación al control de los precios. El 13 de abril en una reorganización de las comisiones de gobierno Teófilo es destinado con Rafael Grafiá Sanmartín al área de Sanidad y Asistencia Social. Teófilo dimitirá de su cargo municipal el 8 de julio de ese mismo año al incorporarse al Ejército Popular Republicano, posiblemente como sanitario. En febrero de 1937 fue nombrado director del Hospital de guerra habilitado en la antigua residencia de las Cooperadoras de Betania, en el que permaneció como enfermero cuando fue sustituido en la dirección por Onofre Forriols.

“Cautivo y desarmado el ejercito rojo”, el 1 de abril de 1939 la guerra no había terminado. Teófilo Bella fue detenido por la Guardia Civil en el número 135 de la calle Jesus de Valencia, dónde se hospedaba con parte de su familia. Lo llevaron a la prisión de Porta-Coeli, donde le dieron “una paliza de las que te hace un desgraciado”. Estuvo preso en LLiria, El Puig, la Modelo de Valencia y finalmente en San Miguel de los Reyes. Fue procesado en 1940 por la justicia militar en el sumarísimo 4156, junto con sus vecinos Luis Aguado, José Benlloch, José Chaparro, Vicente Garcerá, Onofre Grafía, José Juan, Isidro Manso, Alfonso Santaeularia, Onofre Torrent y Miguel Zahonero, y condenado a 30 años de reclusión mayor. Aun estando pendiente de una consulta más exhaustiva del referido sumario, y como en los otros 25 que afectaron a un total de 44 vecinos de Quart de Poblet, el proceso al que fue sometido y en el que fue condenado carecía de las mínimas garantías procesales exigibles. En consonancia con su naturaleza totalitaria el régimen pretendía en realidad legalizar la eliminación física del oponente político.

Según relato de su hijo, Teófilo fue indultado siete años y dos meses después de ser encarcelado:
“Mi madre estaba de cocinera en casa de un afamado oftalmólogo que vivía cerca de la Gran Vía Marqués del Turia. Una noche invitaron al Capitán General, y al final de la misma quiso saludar a la cocinera. Se presentó mi madre y este señor se quedó sorprendido por la poca alegría y tristeza de ella. Al retirarse (el invitado) le preguntó (al anfitrión) el motivo y él le dijo que era por estar en la cárcel su marido. Hizo llamar a mi made que le relatara los acontecimientos y al final de la exposición de dijo que si no tenía las manos manchadas de sangre, en 48 horas estaría libre. A las 48 horas llegó a la cárcel de San Miguel de los Reyes la orden de su liberación. Llamaron a mi padre con la frase “con todo”, que a los compañeros les sonó a fusilamiento pues mi madre no pudo hablar con él para comentarle lo sucedido en la cena. Lo llevaron al despacho del Director, que le comunicó que había recibido la orden de libertad, cosa que nunca había ocurrido por ese cauce. Le comentó que podía tratarse de una emboscada por parte de los falangistas, que apostados entre los campos lo mataran. Por tratarse de una liberación inusual mandó a una pareja de la Guardia Civil que le acompañara hasta casa de sus padres en los bloques de Las Arenas, pues él no tenía domicilio.”

Libro de Familia de Téofilo Bella y María Martínez

Teófilo Bella Martinez fue liberado en julio de 1946, cuando vencido el aliado nazifascista en la guerra mundial y aislado y condenado internacionalmente el régimen, se contenía la aniquilación sistemática que había caracterizado los años anteriores. Teófilo Bella Martinez, pero también su mujer y su hijo, fueron víctimas de un régimen ilegítimo, tirano y cruel, que negó derechos y libertades a millones de personas, y que de ninguna manera desde posiciones democráticas se puede tolerar ni justificar.

DOCUMENTO de LIBERACIÓN

Fue don José Pons quién después de su liberación le procuró a Teófilo empleo en la portería de un edificio en la calle Jacinto Benavente, donde el que había sido enfermero, aún sin posibilidad de reconocimiento oficial dados sus antecedentes políticos, ponía inyectables a vecinos y conocidos en caso de necesidad o urgencia. En la portería recibía visitas de amigos que habían estado en la cárcel de San Miguel, a la que se referían como “el colegio”, con los que según después supo había compartido el insano hacinamiento de las celdas, las colas ante la basura de la cocina para matar el hambre con las cascaras, o la manera de afilar las hojas de afeitar con un trozo de cristal. En la portería recibía también a vecinos y conocidos, a los que aunque hubieran informado en su contra en 1939 ayudaba a encontrar empleo. La innata humanidad de las personas alivia en ocasiones la injusticia establecida: “El comandante José María Aznar, que llegó a General de Brigada, nos dejaba su pase de economato, y gracias a él pude estudiar en el Colegio Maristas”.

Hacer memoria de la injusticia sufrida por tantos durante tanto tiempo pone en valor los derechos y libertades del actual sistema político, que aunque por definición es susceptible de mejora, resulta incuestionable. Hacer memoria honra el sacrificio y el esfuerzo de a quienes tanto debemos. 

Carnet de EX PRESO y REPRESALIADO POLÍTICO

Hacer historia de cada una de esas víctimas construye la memoria colectiva que necesitamos.